Crecimos sobre los trozos
rotos de una vieja canción
que luchaba para sobrevivir
a nuestras muertes,
Recuerdo que la casa de muñecas
tan solo era el burdel
donde los soldados de plomo
disparaban el tibio semen
de la imaginación
convirtiéndonos en héroes
que podrían salvar al mundo.
Lamimos miles de noches
la carne que nos ofrecía
el cuerpo de la costumbre,
comulgamos con el ácido del deseo
sacándole la lengua a nuestra existencia
para darle a nuestro verdugo
una nueva oportunidad
de sodomizar ejércitos de neuronas.
Y por último, desde aquí,
un viaje al Nunca Jamás
donde concederemos
una nueva oportunidad
a los poemas que intentarán
matarnos sin ni siquiera
darse a la fuga.
jueves, 3 de diciembre de 2009
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7 comentarios:
Genial, me ha parecido un poema de altura, Emilio, tu encontraste hace tiempo las botas mágicas y no has parado de quilometrear a marchas forzadas hacia la poesía en toda regla!
Un abrazote
Marian
full, bacano!! esta baina está del putas!! cojonuda.
un abrazo mi hermano
"Lamimos miles de noches
la carne que nos ofrecía
el cuerpo de la costumbre"
Menuda maravilla.
por esa última estrofa, en especial... NUNCA TE VOY A PERDONAR!!!!!! que quede claro, ¿eh? Emilín, qué nivel, amigo. Grande!!!
Abrazo
He tenido un montón de problemas para pasar.....mi ordenata está empanaoooooo.
Pero aquí estoy para decirte dos cosas.......
1.- Maravilloso poema donde te dejas arrastrar al abismo....
2.- Gran poema de gran poeta...
Un muaaaaa, o dos......
Mi vida es algo más complejo que una gran putada, no sabría cómo explicarte. En la pura superficie de los hombres silencio de Nunca Jamás. En el propio corazón de la vida, tañidos del viejo campanario: Siempre Ahora-Siempre Ahora-Siempre Ahora-Siempre Etc. Respecto a perder las lágrimas: tampoco es manca perder la sonrisa cuando se trata de sondear la insignificancia que hay adentro de uno. Sin asesinatos ni dramas, Emilio. Tan sencillo como eso.
...
Me alegra que hayas vuelto. Por partida doble.
Sigo pensando que eres un gran poeta. Un saludo.
Refeferente a tu último comentário, sí Emilio, has leído bién. Las brujas pueden cegarnos. Gracias por una lectura tan acertada.
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