CUANDO DEJE LA NECESIDAD...

Cuando dejé la necesidad
empecé a sanar,
le di vacaciones a mi querido
demonio y me enfrenté
al vértigo de la abstinencia.

Despedí uno a uno
todos mis pequeños y
hambrientos vicios.

Desde mi nueva y
fortificada actitud
luché y no oí cantar a mi ángel,
ni me fue revelado ningún nombre
por boca del misterio.

No recurrí a ninguna oración
para alimentar a mi suplicante alma
mientras era perseguido
por el deseo de la carne
hurgando en la herida
que yo mismo
me infligí en el corazón.

ALGUNOS DICEN...

Algunos dicen saber algo
acerca del suicidio

mientras observan
con los ojos cerrados
por la narcótica rutina,

como se desangra
frente a ellos
el cadáver de la vida.

NO INTENTÓ ...

No intentó atrapar la vida
en noches torpes de narotizados
cuerpos donde quiso asesinar
su inocencia en la luz dudosa de la carne.

Vagó por el lenguaje
descifrando dictámenes de silencio
para poder romper el maleficio
de la rutina en este extraño lugar
que a veces iluminó el deseo.

No habitó en él ningún monstruo
que vendira sus garras para parecerse
a un poeta adicto al amor y sus excesos
chutándose adulteradas dosis
de soledad en las esquinas orinadas
por los perros del poema

ESTOS VERSOS...

Según los forenses
de la poesía

estos versos

fueron brutalmente asesinados
y colocados

como inútiles cadáveres
preparados para su autopsia

donde el hipocrita lector
podrá arrancar sin piedad
el inocente corazón del poema

HEREDEROS DE LA NADA

Herederos de la nada,
nos fue negado elegir
y ahora,
nuestras almas suplican
pedazos de infinito
inventando paraísos
mientras prostituimos la carne
en este viejo agujero infame
abandonados a nuestro
pequeño vicio de fe

DIOSES

Perdonadme por escoger un día
este camino apartado de vuestra
tranquila doctrina.

Nunca quise sobornar al mundo
con el oro imaginario de la fe,
o comprar el cielo con mis sueños
alistándome en la locura
junto a desconocidos hermanos
adorando vuestro silencio,

han cambiado los tiempos
y no pienso
perder el mío con vosotros.